lunes, 13 de octubre de 2014

Se apagó.

El brillo de las estrellas se apagó.
Se apagó hace ya mucho tiempo.

Oh... tonta de mi pues yo insistí en encenderlas de nuevo, encender algo muerto, apagado y oscuro. Creí que podría reavivar la llama que las encendió por primera vez, aquella llama que parecía inmensamente infinita.
Fue imposible pues lo muerto estará muerto por siempre, para siempre y durante toda la eternidad.

Eso he comprendido esta noche.
Eso he comprendido, al fin.

<< Por favor... que vuelvan esos días del verano. Aquellos días en los que yo era feliz. Feliz de verdad.>>

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