El brillo de las estrellas se apagó.
Se apagó hace ya mucho tiempo.
Oh... tonta de mi pues yo insistí en encenderlas de nuevo, encender algo muerto, apagado y oscuro. Creí que podría reavivar la llama que las encendió por primera vez, aquella llama que parecía inmensamente infinita.
Fue imposible pues lo muerto estará muerto por siempre, para siempre y durante toda la eternidad.
Eso he comprendido esta noche.
Eso he comprendido, al fin.
<< Por favor... que vuelvan esos días del verano. Aquellos días en los que yo era feliz. Feliz de verdad.>>
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