Yaya... te quiero.
Para mi fuiste muy importante, pasé media infancia a tu lado, y siempre temí el día en el que abandonaras el mundo. No quería que pasara...
Ahora ya ha pasado y no me queda otro remedio que aceptarlo. Siempre quedará en mi el remordimiento de no haberte dicho nunca "te quiero".
La última vez que te vi allí... en la camilla del hospital iba a decírtelo... pero no me salían las palabras. Ojalá pudiera volver atrás, volver a ese momento... y quedarme contigo hasta el final.
Te quiero mucho.
Sabes, eras la persona más cercana a mi de toda mi familia, incluso más que mis padres o hermano. Siempre fuiste una persona muy importante para mi.
Recuerdo esas tardes en las que las pasábamos viendo películas en la tele mientras me hacías la merienda (un trozo de pan con longaniza cruda) y me quedaba a dormir casi todos los días a tu casa.
Me lo pasaba tan bien...
Hay muchas cosas que me gustaría haberte dicho y no lo he hecho... Eres tan fuerte, siempre pudiste seguir adelante a pesar de tu mala salud, has pasado por tantas cosas malas... ahora ya puedes descansar. El día de tu cumpleaños compré un cactus de esos que siempre tenías en el balcón, lo estoy cuidando para que dure mucho tiempo, y a veces le hablo como si parte de tu alma estuviera ahí... oh yaya, he soñado tantas veces que podía abrazarte...
Sigo pensando en ti antes de quedarme dormida, y seguirá siendo así durante mucho mucho tiempo.
TE QUIERO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario