lunes, 5 de enero de 2015

Día cinco, día de reyes.

Hoy suele ser un buen día para la mayoría de gente, es el día en el que se reúnen familias para comerse el roscón de reyes, con una buena taza de chocolate caliente y regalos. Todos disfrutamos de éste día, sobretodo los más pequeños...
Recuerdo mi infancia con nostalgia. En esta noche, todos nos reuníamos en casa de mi tía, junto a todos mis demás tíos y familiares.
Yo solía ser una niña bastante feliz por aquel entonces. Recuerdo a la perfección ese momento en el que íbamos de camino a casa de mi tía, mientras iba anunciando con una sonrisa y en voz alta "somos una familia feliz". Me gustaba mucho decirlo porque esa frase producía sonrisas en mi padre, madre y hermano pequeño. También me gustaba decirlo porque quería que todo el mundo se enterase de ello. Quería gritar a pleno pulmón mi felicidad... ya que ese día suponía mucha alegría, felicidad y risas. Yo, claro... era una niña, y no había cosa que me gustase más que comer chocolate caliente junto a mis primos pequeños y hermano mientras jugábamos y nos peleábamos por ver quien conseguía el rey, y quien era el desdichado de encontrar el haba del roscón.
También me gustaba mucho jugar al Trivial después del chocolate. Yo no me enteraba mucho de las preguntas, pues era una niña pequeña, pero me gustaba hacerme la orgullosa y fingir que las entendía y que sabía la respuesta a todas ellas.
Era un buen día, al igual que lo será para la mayoría de gente. Pero, a día de hoy... se ha convertido en un día triste para mi. Desde hace ya unos cuantos años... paso este día en soledad. Como mucho, mi madre compra un roscón pequeño y nos lo vamos comiendo durante los días siguientes. Pero ya no hay ningún tipo de celebración, ni reuniones familiares... que a día de hoy, es una de las cosas que más echo de menos. No puedo evitar sentir que, en parte, mi familia está rota. O al menos, ya no está tan unida como antes.
Tengo miedo de que caiga la noche. No quiero estar sola, no hoy... no ahora.
Hoy al salir a la calle, he visto un montón de gente con roscones en las manos... mientras hablaban de este día, de dónde irían a comérselo, de dónde lo habían comprado, y cosas así. He de confesar que no he podido evitar sentirme celosa de ellos.
"No es justo" pensé. No es justo...

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