jueves, 6 de noviembre de 2014
Asidua reflexión
<<Una meliflua voz hace eco en mis pensamientos.
Es un reiterado tintineo, un continuo tarareo, un perseverante murmullo.
No se enmudece, no se apacigua... no cesa.
No concluye ese desconcierto, ese caos.
Anhelo la voz del silencio...
Oh, mi preciada calma, mi ansiada placidez... Llego a la conclusión de que es inaccesible para mi. Al parecer es intangible a mis dedos, invisible a mis ojos. Inexistente en mi corazón.
Estoy abrazada del desorden, amarrada de la incertidumbre y arrestada en mi propia cárcel imaginaria.>>
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