miércoles, 26 de noviembre de 2014

Análisis sobre mí misma

El otro día (ayer) me sentía bastante nostálgica. Anhelaba cosas de mi pasado, así que me puse a ver fotos antiguas. Pensé que iba a ser una mala idea, pues los recuerdos azotarían mis memorias de una forma más directa, y eso haría que me sintiera triste "por no tener lo que antes tenía". Pero no, pasó todo lo contrario. Al hacerlo corroboré que, efectivamente... ahora estoy mucho mejor que antes. Psicológicamente hablando, estoy más sana. Si bien es cierto que curada no estoy, he avanzado mucho a lo largo de estos años. Y pude darme cuenta de esto en los selfies que me he ido haciendo con el paso del tiempo. Al verlos  recordé cómo me sentía en esa época determinada de mi vida, en qué estaba pensando y cuales eran mis miedos y preocupaciones por aquel entonces. Pensé que era curioso ver cómo cada foto de una misma persona podía contar historias muy distintas. 
Me dispongo a hacer un análisis de mí misma gracias a las fotos que encontré. Eso hará que me ayuda a comprender más el por qué de cómo soy y de mis sentimientos actuales. Pondré las imágenes en orden, desde la Raquel más pequeña, hasta la que soy actualmente.

Allá va:
Verano del 2011
 Veamos, esta Raquel tenía, si no me equivoco... 15 años. Fijaros en su mirada, es una mirada melancólica. <<¿Sonreir en una foto? no, por favor... mi sonrisa es demasiado fea.>>Tiene muy poca autoestima, por no decir nada. Siempre iba escondida tras su cabello, por eso se lo tiraba hacia delante y dejaba su flequillo tan largo, casi tapándole los ojos. Era una Raquel muy miedosa, siempre mirando hacia abajo y hablando muy flojo. Nunca podía aguantar la mirada con nadie, ni siquiera con su propia madre. Esta Raquel pensaba que no valía nada, y era presa de su soledad. Siempre estaba triste, o al menos siempre buscaba escusas para estarlo. Fue cuando se dio cuenta de que realmente, no tenía a nadie que la entendiera, ni con quien compartir gustos ni aficiones. Pero en vez de intentar cambiarlo, se quedaba encerrada en sí misma. En la oscuridad y en la soledad es donde, extrañamente, más a gusto se encontraba. Era adicta a la tristeza. Esta Raquel buscaba desesperadamente a personas que le comprendieran, que estuvieran ahí siempre. Quería que la comprendieran, a pesar de no comprenderse a sí misma. Era una Raquel difusa, perdida y confundida.

Octubre de 2011
Podríamos denominar ésta la época de la Raquel ilusionada. Había encontrado a esa persona que estaría ahí siempre, cuidando de ella, protegiéndola, enseñándole, creciendo juntos, avanzando juntos, estando juntos siempre y para siempre, en el mundo carnal y espiritual. Él sería suyo, y ella suya para siempre. No solo como amantes, si no como compañeros de viaje. Pensaban en un futuro, un ideal de familia, futuros lugares a los que viajar. Todo un proyecto de vida. Era la época de la Raquel enamorada, ilusionada y feliz. Pero aun así, nunca hacía las cosas por su cuenta, dejaba que los demás las hicieran por ella. Dejó sus problemas a un lado para centrarse en esa persona. Para ella el amor era lo más importante de la vida, y se convirtió en su centro de atención. Todo iba de maravilla. Se habían prometido muchas cosas que parecían cumplirse. Era una ilusa. Una niña inocente cegada por el amor. Pero eso parecía darle igual. Lo único que le importaba era la felicidad de esa otra persona y de sus únicos dos amigos reales que tenía por aquel entonces. Nada más. Ya no estaba sola. Pero todavía seguía tapándose el rostro ante el espejo.


Verano del 2013
Pasó el tiempo. Pero la cosa empeoró. Esta Raquel, presa de su poca autoestima y poco carácter, se dejó moldear por lo que los demás querían que ella fuera. Esta Raquel se odiaba a sí misma, mucho. Pensaba que todos sus comentarios y pensamientos eran ignorantes y no válidos. Pensaba que no podía seguir así... y cambió. Incluso se tintó de rubia para parecer más atractiva. Pero cometió el enorme error de cambiar para los demás, en vez de para ella misma. Empezaron a crecer esas murallas que le impedían ser ella misma. Cualquier pensamiento que considerase "no apto" para agradar a la otra persona, simplemente se lo callaba, lo encerraba y no lo volvía a sacar. Y fue así como empezó a caer en depresiones y ansiedades constantes. En la fotografía se ve claramente esa mirada de "no me comas, por favor. Aléjate" Esta Raquel tenía muchas más barreras que la Raquel de la primera fotografía. Estaba perdida en ella misma, tenía mucho miedo a la soledad Lo único que quería era no ser abandonada. Si eso significaba cambiar de personalidad, eso haría. No podía soportar la idea de tener que valerse por ella misma en la vida. Pensaba que no era capaz de hacerlo.

Verano de 2013
Esta es la Raquel rebelde. Harta de tanto sufrimiento y abandono tras reencuentro, pensó en cambiar. Se dio cuenta de que fue un error hacerse rubia para agradar más a la otra persona. Fue cuando se dio cuenta de que para cambiar su alrededor y las cosas que no le gustaban, antes tenía que cambiar ella misma. Empezó por un cambio radical. Se cortó el pelo por encima de los hombros y se lo tintó muy oscuro. En este periodo se empezó a formar su verdadera personalidad y se dio cuenta de que, se sentía muy bien siendo ella misma sin tener que aparentar nada. Se aprecia muy bien esa mirada decidida y esa sonrisa segura. Estaba dispuesta a comerse el mundo si era necesario. Estaba demasiado enfadada y dolida como para dejarse avasallar una vez tras otra. En ésta época habían altibajos, y mucho mucho dolor... pero parecía que las cosas iban a ir mejor, ahora que sehabía dado cuenta de tantas cosas importantes... en ésta época fue cuando se atrevió a conocer a más personas. Su círculo de amigos seguía siendo muy reducido... pero iba aumentando poco a poco. Pero aun así, sentía esa necesidad de tener a alguien a su lado, sentía que una parte de ella se había ido para siempre.

Enero de 2014
Con el transcurso del tiempo, volvió mi castaño natural a mi pelo. Al igual que mi yo insegura. Volvió mi mirada triste(como se puede ver en la foto) y la sonrisa forzada. Como dije, esa época de rebeldía duró muy poco. Una vez más me encontraba ante un montón de barreras inquebrantables. Volví a caer en la misma piedra... Volví a creer en palabras y promesas falsas. Por la misma persona, volví a caer. Volví a encerrarme en mi misma y en él. Volvían las depresiones, los llantos antes de dormir, la autoestima por los suelos. Llegué a pensar que todo era culpa mía. No quería seguir sufriendo, pero quería seguir sufriendo. Era raro, pero no podía salir de allí. Era mi propia cárcel, pero al mismo tiempo, mi único hogar. Era como una droga. Era como que sin él, no podría seguir caminando. Todo lo que construí... se desmoronó. En ésta época, era consciente de todo. Era consciente de que debía cambiar y hacerme más fuerte, de que debía dar pasos hacia delante. De que, no iba a funcionar seguir intentando algo imposible. De que debía hacerme de valer y vencer mis miedos. Pero, a pesar de ser consciente de todo ésto... estaba encadenada. No podía seguir hacia delante... ni hacia atrás. Estaba atrapada, de nuevo...  en mí misma. Volvieron los días tristes.
Fue una etapa muy dura... se juntaron muchas cosas malas a parte de mis problemas interiores... como la muerte de mi abuela, la muerte de Pikachu(el pájaro que me hizo compañía durante toda la infancia), el malestar de estar estudiando en un lugar que no me gustaba y en el cuan no me sentía para nada agusto, y problemas con "amigos" que resultaron no serlo... al tirarme a la calle como a un juguete viejo y usado. Muchas cosas de mi alrededor cambiaron, al igual que muchas personas desaparecieron de mi vida.Todo eso se juntó y acabé en la desesperación. Era horrible despertarme cada día. Pero tenía que ser fuerte... tenía que cambiar...


Verano del 2014
Esta es la Raquel actual. Os preguntaréis... ¿Por qué otra vez rubia? ¿No dijiste que fuiste rubia por agradar a los demás?, pues sí, así fue... hace dos años. Pero ésta vez ha sido distinta. Era consciente de que necesitaba un nuevo cambio después de la última caída, así que, como siempre... decidí cambiar primero mi peinado. Me lo pedía el cuerpo. Era positivo porque ésta vez, quería cambiar para mí misma. Para gustarme a mí misma, y no al resto. Por eso, volví a cortarme el pelo y me lo tinté. ¿Por qué rubia, y no cualquier otro color del mundo? Pues, porque... ¿Qué hay más brillante que el dorado del sol?. Sí, quería brillar, relucir. Estaba dispuesta a cambiar, de verdad. Me deshice de todo lo que podía recordarme a mis épocas pasadas, oscuras y tristes, y me centré en mi presente. Mi yo actual conoció a muchos nuevos amigos. Gente que se ha convertido en personas muy importantes en mi vida, que me ayudan a querer seguir mejorando día a día. Esta Raquel está rompiendo esas barreras, poco a poco. Una Raquel menos miedosa. Ya no se tapa la cara con el pelo, ya no quiere salir triste ni seria en las fotos. Ha cambiado de mentalidad y está reforzando su verdadera personalidad y su yo interior. Es consciente de que todavía le queda muchísimo que aprender. Y todavía cae muchas veces... todavía es abrumada por la soledad. Todavía tiene días malos en los que solo le apetece quedarse en su cama llorando. Pero, está cambiando. Tiene sus ideas y objetivos claros. Poco a poco está más cerca de alcanzar su meta.

domingo, 23 de noviembre de 2014

José Angel Buesa. Poema del olvido

"Viendo pasar las nubes fue pasando la vida,
y tú, como una nube, pasaste por mi hastío.
Y se unieron entonces tu corazón y el mío,
como se van uniendo los bordes de una herida.

Los últimos ensueños y las primeras canas
entristecen de sombra todas las cosas bellas;
y hoy tu vida y mi vida son como estrellas,
pues pueden verse juntas, estando tan lejanas...

Yo bien sé que el olvido, como un agua maldita,
nos da una sed más honda que la sed que nos quita,
pero estoy tan seguro de poder olvidar...

Y miraré las nubes sin pensar que te quiero,
con el hábito sordo de un viejo marinero
que aún siente, en tierra firme, la ondulación del mar."

viernes, 21 de noviembre de 2014

Viernes

Mis manos heladas, como siempre. Siento frío, y sin embargo, sudan. Sudan como si estuvieran cálidas, pero no lo están. Es un sinsentido. Son pura escarcha, como mi corazón.
Amar para sufrir. Es un sinsentido.
No comprendo nada, no se por qué mi corazón va tan rápido. Por qué sigue teniendo tanto miedo. Por qué siguen habiendo esas barreras inquebrantables a su alrededor. Nadie parece poder cruzarlas. Estoy sola, porque quiero estarlo. Estoy aislada, porque las murallas así lo permiten. Muchas veces parece que esas murallas se derrumban, aunque sea un poquito. Pero siempre vuelven a rehacerse. Mi corazón está loco. Es una maldita locura sentir lo que estoy sintiendo. Si no escribo siento que me ahogaré en un inmenso mar de lágrimas, por eso no puedo parar. Mi corazón sufre y me hace sufrir a mi. Siento como si un millón de agujas se me clavasen con cada latido. Y cada vez los latidos son más intensos y rápidos. Siento que necesito, una vez más, salir de aquí. Quiero llorar, quiero gritar, pero no quiero estar sola. Caminar sola es la cosa más triste del mundo, lo se por experiencia. No quiero estar sola, y sin embargo, tampoco quiero estar acompañada. Mi corazón está loco. Ya no se qué pensar. Solo se qué hay mucho caos en mi interior, mucho caos, una espiral infinita que nunca empieza y nunca termina, pero está ahí. Una espiral oscura, de la que jamás podré escapar.

Un viernes más.

Ya lo sabía, lo sabía muy bien. Sin embargo, cuando alguien corrobora tus pensamientos, el dolor es mucho más intenso, se multiplica, se te clava en los huesos y en el alma... la ansiedad se intensifica, los latidos se descontrolan. El odio también.

No comprendo, no aprendo... Solo quiero alcanzar la paz interior, pero se me hace lejana.
Escribo estos pensamientos para desahogarme. Para intentar sosegar el dolor...

Por la experiencia se que si lo mantengo en mi interior, será mucho mucho peor... así que, si algún día lees esto, te dedico éste poema. A ti, sí. A ti.

Pablo Neruda, 20 poemas de amor y una canción desdesperada. Poema 20:

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, 
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.» 

El viento de la noche gira en el cielo y canta. 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Yo la quise, y a veces ella también me quiso. 

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. 
La besé tantas veces bajo el cielo infinito. 

Ella me quiso, a veces yo también la quería. 
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. 

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. 
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. 

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. 
La noche está estrellada y ella no está conmigo. 

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. 
Mi alma no se contenta con haberla perdido. 

Como para acercarla mi mirada la busca. 
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. 

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. 
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. 

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. 
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. 

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. 
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. 

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. 
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. 

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, 
Mi alma no se contenta con haberla perdido. 

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, 
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

domingo, 16 de noviembre de 2014

Bisbi

El haberme podido acercar bastante a mi loro durante este fin de semana, ha hecho que recuerde a Bisbi, el Bisbi auténtico y he pensado que debería dedicar una entrada del blog a contar su historia. La escribí hace dos años, pero la he reescrito hoy mismo, quiero que sea lo más detallada posible, pues es muy importante para mi:

"Aun recuerdo la primera vez que lo vi. Yo tenía 9 años por aquel entonces. No podía parar de pensar que era un loro muy pequeñito, rodeado de plumones típicos de las crías. Parecía tan indefenso, tan frágil… pensé que era hermoso y que quería cuidarlo por siempre.
Todos en mi familia estábamos entusiasmados con la llegada de Bisbi. Era el pequeño nuevo miembro de la familia; llegó a ser como un hermano pequeño para mí y un hijo para mis padres.
Aun recuerdo cada día... aquellos días tan felices.

Era muy cariñoso. Todos éramos felices con su compañía. Le cuidábamos muy bien, buscábamos las mejores tiendas y los mejores veterinarios. Queríamos que estuviera siempre feliz, queríamos darle lo mejor.
Realmente nos hacía mucha compañía, veía la tele con nosotros, descansaba en la cama con nosotros, jugábamos juntos, incluso comíamos todos al mismo tiempo. Alguna que otra vez tuvimos que regañarle porque se portaba mal, pero se nos ablandaba el corazón cuando venía cariñosamente hacia nosotros para que le acariciásemos la cabezita.

Le recortamos el vuelo una vez, dos como mucho. Nos dijeron que eso nos ahorraría muchos problemas futuros, no solo porque así era imposible que se nos escapase, sino también porque nos ahorraría posibles golpes infortuitos con algún mueble. Era mejor que pensase que no podía volar. Todos pensábamos que era mejor así…

Todo iba de maravilla. Hasta que… llegó ese día, uno de los días más tristes de mi vida. Ocurrió en nuestra casa del campo, siempre nos lo llevábamos con nosotros. Nos gustaba dejarle al contacto con la naturaleza. Recuerdo como se pasaba los días subido a un almendro, o cómo caminaba por todas partes curioseando todo lo que le rodeaba, era como un niño que estaba descubriendo el mundo, parecía muy contento.
Dejamos pasar el tiempo... demasiado tiempo. Y nos confiamos.
No le volvimos a recortar el vuelo, pues nunca volaba y nos confiamos en que no lo haría nunca. Qué equivocados estábamos.
Lo recuerdo como si fuera ayer. Ese día... yo tenía 13 años, estaba cuidando de unos pollitos que me habían regalado. Estaba muy entusiasmada con ellos, así que entré en casa con los pollitos en las manos sin percatarme de que mi madre estaba limpiándole la jaula a Bisbi, mientras que él, esperaba en el suelo.
Se me ocurrió dejar la puerta abierta.
Bisbi estaba muy intranquilo, no le gustaba estar en el suelo. Así que al verme entrar con los pollitos, se asustó mucho, tanto que echó a volar hacia mí.

Todo lo que pasó instantes después, fue muy confuso.
Recuerdo la figura de Bisbi por encima de la mía…
Yo, inmóvil como una piedra.
Y Bisbi voló.


Cuando pude reaccionar, fue demasiado tarde.
Siempre recordaré ese último momento, en el que vi su figura sobrevolando a aquel viejo pino. Volaba tan alto, tan lejano… tan inaccesible.
Después de eso, como si fuera parte de una horrible pesadilla, corrimos detrás de él, mi madre, mi padre, mi hermano, y yo. No pensábamos en nada más que en encontrarle y traerlo de vuelta a casa.
Sentí como si todo fuera parte de un sueño, como si aquello no pudiera estar pasando de verdad. Incluso me pellizqué varias veces, para ver si así conseguía despertarme. Sin embargo, eso no pasó nunca.
Estuvimos horas y horas atravesando el campo, los bancales, y la sierra, en su búsqueda. Llamándole por su nombre, gritando, y silbando. Me quedé afónica de tanto forzar la voz.
Recuerdo que mis sandalias se rompieron. Me dolían los pies, y el alma. No podíamos parar de llorar. No paré, no quería parar hasta encontrarle, seguimos y seguimos caminando, hasta que el sol se escondió.
Esa noche no pudimos dormir.
Mi madre pasó la noche fuera, con la jaula abierta, sentada a su lado. Esperando.
Hizo mucho frío. Fue la noche más fría de todas.
Era demasiado duro mirar hacia la jaula y verla vacía.
Todos sentiamos un hueco enorme en el corazón.
Nos costó mucho darnos por vencidos. Pasamos muchas semanas buscándole inútilmente, intentando de todo. Pero no fue suficiente.
Bisbi no iba a volver… por mi culpa.
Nunca jamás me lo perdonaré.

Ahora mi madre tiene un nuevo Bisbi.
Un nuevo Yaco al que no le hicimos el suficiente caso como para que ahora sea sociable, ni siquiera podemos sacarlo de la jaula. No está acostumbrado a los humanos a pesar de haberlo tenido desde bebé porque no pudimos darle tanto cariño como al anterior.
Solo fue un inútil intento de llenar el hueco que dejó Bisbi con un Bisbi suplente.
Cada vez que le veo en la jaula, me recorre la pena y el sentimiento de culpa.

Cuando me independice tendré un Yaco. Uno al que cuidaré muy bien y vivirá muchos años. Nunca dejaré que nada malo le suceda.Es una promesa que me he hecho a mí misma."


Por fortuna, parece ser que el final ha cambiado un poco, pues con paciencia, dedicación y mucho mucho cariño estoy tratando de lograr que el Bisbi de ahora se acostumbre a nosotros, a estar fuera y a que no nos pique. Todavía queda mucho por mejorar pero poco a poco se van viendo mejorías en su actitud. Aquí se pueden ver los progresos:





jueves, 13 de noviembre de 2014

Mini-relato del 12/11/2014_Miércoles

Antes que nada, agradecer a Isidro, estoy convencida de que sin él no habría sido capaz de escribir algo así. Me está ayudando mucho a enriquecer mi vocabulario, de hecho, éste no es si no que el primer ejercicio para mejorar mi léxico. Me siento muy afortunada de tener a gente que me apoya de esta forma. Me siento inspirada y dispuesta a mejorar y a aprender. 
Añadiré también que seguramente haya algunos fallos e incoherencias gramaticales, pues no estoy acostumbrada a éste léxico. Poco a poco iré mejorando, esto es solo mi comienzo. 
Gracias, de verdad.
Allá va:

Se encontraba un extra burgués, de mediana edad y gran atractivo, descansando en un cafetín
de Londres, esperando su pedido.
Tras llevar dos minutos esperando, sacó su diario, no podía esperar más para ponerse a escribir
ese sueño tan extraño que había tenido esa misma noche. Le gusta escribir en sus tiempos libres,
ya que aspira a ser escritor y no puede desaprovechar ningún pensamiento o sueño que rondara
por su cabeza. Aunque algunos parezcan una futesa, todo escrito es válido cuando se trata de un
paso más para alcanzar sus sueños.
***
07/08/1990                                                                                                                  
… Resulta que en mi sueño me encontraba con un anacoreta, cosa muy extraña pues éstos viven
apartados de la sociedad, y están dedicados a la contemplación. Al percatarme de su presencia,
con mucha curiosidad, fui inmediatamente a hablar con él.
- Disculpe mi estulticia, pero, no cree que usted, como anacoreta que es, no debería estar retirado
en un lugar solitario para entregarse a la oración y a la penitencia, en vez de andar paseándose
por una época actual, y además en un lugar tan cosmopolita como Londres?
El religioso me miró, y con excelsas palabras anunció:
- ¿Acaso no está dios en todas partes, hermano? Yo solo sigo su palabra, si él dice que debo estar
aquí hoy, así será. ¡Este encuentro no puede ser si no obra suya! ¿Usted cree en el destino? Yo, gracias
al peso de los años he aprendido que las casualidades son un producto ilusorio. Nada ocurre
porque sí. Venga conmigo caballero, hablemos y deleitémonos con la tranquilidad que produce
estar bajo la sombra de las araucarias. Hasta el clima nos acompaña en este fortuito encuentro.
¿No lo cree?
Tras esas palabras, empecé a fijarme mejor en nuestro alrededor. Me percaté de que, efectivamente
nos encontrábamos en un lugar lleno de araucarias, donde la naturaleza impregnaba el
ambiente, y una agradable tranquilidad inundaba la esencia del bosque. Hacía un clima estupendo,
muy cálido y agradable.
Pobre de mí, pues estaba muy confundido. Esa incómoda ambigüedad produjo que me dejase
llevar por aquel peculiar hombre, así que le seguí. Ambos nos sentamos bajo la sombra de los árboles
y empezamos a platicar, sobre filosofía, religión y política. Todo tipo de temas interesantes.
Pasaron las horas extrañamente rápido.
-Qué curioso que alguien tan escéptico e irreligioso como yo se pueda llevar tan bien con un seguidor
de la palabra de dios. ¡Esto da para escribir un opúsculo donde analizar el insólito vínculo
entre el devoto y el pagano!
Ambos reímos sin tapujos, como si fuéramos unos viejos amigos que se acaban de reencontrar
tras mucho tiempo sin tener noticias el uno del otro.
El cielo se estaba tornando policromo, con una gama de colores cálidos en los que predominaban
el rojo, naranja, y amarillo. Estaba atardeciendo.
-Curioso es, pero lo es todavía más el fresco que hace, aun estando a mediados de primavera- afirmó
el religioso, empezaba a tiritar de frío. - oh vaya, veo que no tiene abrigo, si quiere puedo
dotarle de un gabán muy eficiente, se encuentra en casa de un familiar mío, y si me lo permite, yo
también tomaré uno. Por dios, qué frío, se me hiela hasta el alma. Venga conmigo y le proporcionaré
un remedio que le librará de esta feroz helada. Y no aceptaré un no por respuesta, amigo mío.
¡Sígame!- concluyó.
Ambos empezamos a caminar apresuradamente, nuestros alientos surgían en forma de vaho,
que se desvanecía al contacto con el aire, muestra de las bajas temperaturas del ambiente.
<< Claro que hace frío, ¡estamos en Londres! >> pensé mientras estaba siendo arrastrado a la
compra de una prenda de vestir que ni siquiera me hacía falta, pues en el sotabanco de mi casa
tenía abrigo de sobra para calentar a tres familias enteras. No me dio tiempo ni si quiera a replicar,
pues temía dañar la sensibilidad de aquel hombre, el cual desprendía eminente probidad.
El paisaje natural que nos rodeaba instantes antes desapareció en algún momento mientras caminábamos.
Y ahora, extrañamente, estábamos rodeados de grandes edificios grises, típicos de la
capital de Reino Unido. Eso sí, no había nadie en las calles.
Al fin llegamos. Se trataba de una casa de estructura espléndida muy estilizada, con adornos
modernistas en forma de florituras. Sin duda, el arquitecto debió ser un gran artista, de sublime
sensibilidad.
Me quedé totalmente boquiabierto ante tal obra de arte y empecé a elogiar con énfasis cada rincón
de aquella vivienda.
- Muy amable por sus encarecimientos, pero deberíamos ir directos a por lo que realmente hemos
venido a buscar, no quisiera que cogiese un resfriado, y créame, amigo mío... ¡Dios tampoco
lo quiere!
Tanta amabilidad por parte de ésa persona me hacía dudar de si de verdad debería fiarme
tanto de él, pues al fin y al cabo, el hombre actúa por y para su propia satisfacción, no hay ser más
egoísta que el propio ser humano. Por no poder, uno no puede fiarse ni de su propia sombra, en
el momento en el que estás rodeado por la penumbra y la tenebrosidad de la noche... ¡desaparece!,
dejándote solo, a tu suerte. Y tras esos pensamientos, tuve un barrunto de que algo malo iba a
suceder.
Intenté desechar ese mal presagio y me centré en apreciar la decoración tan exquisita de aquel
hogar y disfrutar de una compañía tan amena. Ambos empezamos a recorrer la vivienda de arriba
a abajo, pasamos por el gabinete, por el comedor, la cocina e incluso algunas habitaciones más,
hasta que al final llegamos a la alcoba.
-Hemos llegado, aquí tiene lo que le prometí- Dijo el religioso mientras cogía el abrigo y se lo
entregaba en las manos. -Ah, pero antes, debería recordarle de que todo en esta vida tiene un precio.
Usted ha aceptado el trato. Yo le proporciono calor y amistad, pero a cambio le pido un poco
de misericordia para este viejo; con unas veinte monedas de oro será suficiente. No se queje, pues
ésta prenda de vestir tan magnífica merece un precio mucho más elevado, y sin embargo yo estoy
dispuesto a malbaratar este gabán por usted. Es un precio de amigos. ¿Qué me dice?
Ya sabía yo que algo raro estaba sucediendo. Al fin y al cabo, la cabra tira al monte. Y el ser
humano no actúa si no es por beneficio propio. Este pobre hombre está desesperado, vive bajo la
maldición de una vida pobre, de la cual no puede desprenderse por más que rece a dios durante
las 24 horas del día. He aquí las pobres pretensiones de un pordiosero. Posiblemente no tenga ni
para comer, y por eso ha venido a mí, hacia un joven extra burgués con pinta de tener mucho dinero.
Chico listo, sí señor. Pero, amigo mío, yo no soy quien para sacarte de tus miserias. Al igual
que tu, yo también soy humano, y por lo tanto, egoísta.
-No puedo aceptar el trato, ya dispongo de mucho abrigo en mi propia casa. Pruebe usted a venderlo
en alguna subasta, seguro que algo consigue ganar. Yo, he de irme ya, pues mi mujer debe
estar preocupada por mi tardanza; se pone histérica cuando no llego a tiempo para cenar. Si me
disculpa...- dije esto último haciendo una pequeña reverencia con la cabeza mientras me disponía
a salir de la estancia.
Cuando salí por la puerta, escuché un lamento, y acto seguido, sollozos. Me giré, extrañado.
Sí, efectivamente aquel viejo desdichado estaba llorando, desplomado en el suelo. Eso consiguió
ablandar mi corazón, así que me acerqué a él, dispuesto a tratar de calmar su tristeza con ánimos y complacientes palabras. Cosa que no me dio tiempo, pues cuando estuve a unos palmos de distancia
de él, empezó a vociferar:
- ¡Maldito fementido!, en qué momento se me ocurrió hablar con usted... en qué momento se me
ocurrió confiarle mis últimos momentos de paz. Oh, que dios se apiade de mi alma, pues me muero
lentamente, ya no hay marcha atrás. Usted era mi última esperanza, y la ha roto en mil pedazos.
Juro por dios que se lo haré pagar... no sabe cuánto, ¡se lo haré pagar! Y ahora... me desvaneceré
con las sombras de ésta habitación. Me reuniré junto a mi dios, oh… espléndida divinidad. Seré
parte de su magnífico esplendor. Y tú… -clavó sus feroces ojos en mí, con una rabia indescriptible
y odio en sus palabras- pobre desgraciado, has negado la palabra de dios, ¡Te has atrevido a retarlo!
Siento pena por ti, pues tu espíritu sufrirá las consecuencias de tus perversos actos. ¡Benedictus
qui venit in nomine Domini...!
Y así fue como desperté de mi propio sueño, mientras el religioso execraba mi propio nombre...
***
-Señor, aquí tiene su café- Dijo de repente la femenina voz de una camarera, rompiendo el hilo
de sus pensamientos.
Aquel hombre dejó de escribir para disfrutar del café con leche que había pedido. Pasó allí casi
toda la mañana, absorto y pensativo.
Todos quedaron desconcertados cuando, al pagar, dejó veinte monedas de propina. Sin duda, parecía
ser un hombre muy generoso.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Sueños

Todo un cosmos de pensamientos aflora en mis sueños.

Muchos de ellos lúgubres, tétricos, siniestros... en los que nada más deseo el despertar de mi consciencia. Donde horripilantes pesadillas envuelven mi alma, y los miedos se convierten en seres omnipotentes, protagonistas de las historias nacidas de mi mente.

Otros, en cambio, son hermosos. Se crea un mundo onírico casi paradisíaco, con mi esencia libre de la carga carnal de mi cuerpo. Un mundo donde puedo sentir la libertad de mi corazón y el estímulo de mis más profundos y placenteros deseos.

Cada noche es una aventura, cada aventura es un sueño, cada sueño es un reflejo de vida.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Asidua reflexión


<<Una meliflua voz hace eco en mis pensamientos. 
Es un reiterado tintineo, un continuo tarareo, un perseverante murmullo.

No se enmudece, no se apacigua... no cesa.
No concluye ese desconcierto, ese caos.

Anhelo la voz del silencio... 
Oh, mi preciada calma, mi ansiada placidez... Llego a la conclusión de que es inaccesible para mi. Al parecer es intangible a mis dedos, invisible a mis ojos. Inexistente en mi corazón.

Estoy abrazada del desorden, amarrada de la incertidumbre y arrestada en mi propia cárcel imaginaria.>>


martes, 4 de noviembre de 2014

Halloween 2014

Halloween

Hoy hablaré sobre este día. La verdad... hasta hace poco tenía muchísimo miedo por que llegase esta época del año, pues me trae recuerdos que no quiero ni debo recordar. Recuerdos de mis sombras del pasado... Recuerdos que lo único que hacen es atormentar mi corazón cada vez que se hacen presente en mi cabeza.
Pero eso ha cambiado. Al fin ha cambiado...
Y ha sido gracias a vosotros Biohazard RV. Nunca me había sentido tan integrada ni tan identificada con un grupo de gente. Pensé que eso de estar agusto con tanta gente junta era cosa de las series y de los animes, que era algo completamente lejano a mi... 
Por eso, y por muchas más cosas, os doy las gracias.
El día 1 por la noche acabé llorando sin quererlo, pero no de tristeza, si no de felicidad. Felicidad por haberos encontrado. Gracias a vosotros estoy dejando mis problemas de timidez e inseguridad atrás, y cada vez más. 


Amo biohazard, y ahora estoy empezando a amarme a mi misma. GRACIAS. Ojalá estos días de felicidad duren toda la vida.

domingo, 26 de octubre de 2014

jueves, 16 de octubre de 2014

Autumn


El otoño es mi estación favorita y también la que más odio.
He sentido la más pura de las alegrías, y al mismo tiempo, sufrido el más intenso dolor.
Con él pude alzarme hasta lo más alto de la más alta torre, pero al llegar... contemplé cómo se apagaron las estrellas, una por una. Hasta que no quedó ninguna.
Con el otoño viniste y ,también, te fuiste.

Duele, no sabes cuánto.
Pero debo seguir caminando, aun si es sola. Debo seguir caminando...


lunes, 13 de octubre de 2014

Se apagó.

El brillo de las estrellas se apagó.
Se apagó hace ya mucho tiempo.

Oh... tonta de mi pues yo insistí en encenderlas de nuevo, encender algo muerto, apagado y oscuro. Creí que podría reavivar la llama que las encendió por primera vez, aquella llama que parecía inmensamente infinita.
Fue imposible pues lo muerto estará muerto por siempre, para siempre y durante toda la eternidad.

Eso he comprendido esta noche.
Eso he comprendido, al fin.

<< Por favor... que vuelvan esos días del verano. Aquellos días en los que yo era feliz. Feliz de verdad.>>

viernes, 10 de octubre de 2014

Día nublado

Amo los días nublados, amo el clima refrescante y la luz tan tenue que provoca, todo está más gris y frío, me parece un escenario bonito para salir a pasear sola o con alguien que llene mi corazón, ir con la bicicleta o ir de picnic con amigos. Tengo buenos recuerdos de días así.  Recuerdos muy especiales para mi.
    Sin embargo, hoy no. Hoy no me gustan. Hoy son un reflejo de mi corazón, nublado, frío y gris, pero nada claro. Hoy me siento estancada y vacía. ¿Por qué?, ni yo misma lo se. En momentos así me gustaría escaparme lejos, muy muy lejos, con mi soledad y perderme por algún bosque, para llorar y soltar todo lo malo, que todo lo malo se desvanezca, que todo lo malo se vaya. Ese es mi deseo.
    Sin embargo yo actúo de esa manera tan peculiar. Cuando digo "quiero irme" en realidad estoy pidiendo a gritos un abrazo, una muestra de cariño, una llamada. Algo. Algo que haga que ya no quiera irme. Algo que demuestre que vale la pena quedarse.
Pero no hay nada.

   Últimamente soy vulnerable, últimamente me siento débil. ¿Por qué? ni yo misma lo se.

jueves, 9 de octubre de 2014

Pikachu


Un día solitario el de hoy.

Ir a verte ha sido nostálgico y triste. Pero a la vez cálido. Necesitaba a alguien con quien hablar así que fui a por ti. Tu siempre estabas conmigo cuando te necesitaba, sea la hora que sea.

Hay gente que pensará que soy una exagerada al darle tanta importancia a un simple pajarito. Pero para mi fuiste muy importante, casi una parte de mi. Estuviste en toda mi infancia. Y siempre estarás conmigo, en mis recuerdos.

Hoy he sentido la necesidad de ir a ver tu tumba. Es extraño porque normalmente me pierdo en seguida debido a mi poco sentido de la orientación, y sin embargo, he ido directa a ti. Te he encontrado sin problemas.

Allí estabas, justo donde te dejé. Debajo de esa gran palmera.

Cuando vi que todavía estaban las piedrecitas que puse a tu al rededor mi corazón tembló. Instantáneamente resbalaron lágrimas por mi rostro y calleron al suelo, justo sobre ti.

Hoy me sentía especialmente sola. Sola, pequeña y atrapada por mi propia oscuridad. Por eso fui contigo. Hablarte me calmó un poco, pero mis lágrimas no paraban de salir.

Pikachu te quiero y siempre te querré. Y no importa los pájaros que tenga después de ti. Tu fuiste el primero y el más importante. Siempre te tendré en mi corazón.

Gracias por todo lo que me has dado.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Día de insomnio y pesadillas. 08/10/2014

"Cómo brillan las estrellas... 

Casi tanto como la luna sobre la oscuridad del cielo. 
Casi tanto como la ilusión de un niño el día de navidad. 
Casi tanto como una propuesta de matrimonio. 
Casi tanto como la liberación de un animal enjaulado.
Casi tanto como el alma de un recién nacido.

Yo también quiero brillar. ¿Qué me lo impide?

No lo se, pero no puedo avanzar. Mis espirales de oscuridad vuelven a atraparme. Ellas nublan mi luz. 

Muevo las alas, pero es inútil. No puedo avanzar.
Hoy no.

Una lágrima empieza a acariciar mi mejilla. Se desvanece con el viento...
No es justo, yo también quiero desvanecerme. "

viernes, 29 de agosto de 2014

30382014


<<Encerrada entre cuatro barrotes. Agobiada, atrapada, triste, asfixiada, ahogada, humillada, empequeñecida, aplastada, temblorosa, inmóvil y pequeña. Así me sentí.

Caos, desorden, enfado, ira, ansiedad, traición, dolor… Un huracán de sentimientos aflora en mi vida. Todo lo que conozco se desvanece en el aire, como si se tratara de burbujas de jabón. Se que mis lágrimas no volverán a ser las mismas. Lo blanco ahora es negro, y lo negro ahora es blanco. El tiempo ya no pasa de la misma manera. Tic, tac… tic, tac… me alejo de ese dolor. Ya no más. Ya no más…

Todo mi mundo ha cambiado. El cielo, es infinito. El aire es más puro. El suelo más seguro. Las nubes más altas. Las flores más bellas. Yo, más yo.

Tranquila, orgullosa, aventurera, desafiante, feroz, ardiente, fuerte, alta, libre, completa, segura, capaz y feliz. Así me siento.

Ya no hay jaulas. No hay dolor. Yo elijo mi destino. >>


miércoles, 7 de mayo de 2014

30 días dibujando

Hola! me he propuesto un reto. Cada día hacer el dibujo que toque de esta lista que voy a poner a continuación.


Iré subiendo de varios en varios. De momento voy al día, espero seguir así.
Allá van:
1-Autorretrato
2-Mi animal favorito (Pikachu)


3-Comida favorita

4- Película favorita

5-Actriz favorita (Es Emma Watson)

6-Mejor amigo (Jesús)

7-Super heroína

martes, 8 de abril de 2014

Mi loca amiga de la infáncia

Buenas, hacía ya tiempo que no publicaba nada pero hoy he sentido la necesidad de hacerlo... ya que siento el recuerdo de esas personas que se han ido de mi vida muy fuerte últimamente...

Hoy va por ti, Erika, mi amiga, mi antigua mejor amiga:
Desde que eramos pequeñas hemos sido prácticamente hermanas, inseparables. Compartíamos los mismos gustos, las mismas preocupaciones, crecimos juntas, pasamos de ser niñas a ser pre adolescentes, y después a adolescentes.

Siempre recordaré cuando nos entraba la risa tonta por todo, cuando ibamos juntas a la fiesta del colegio Mariano Benlliure. Cuando jugábamos al nintendogs desde mi balcón. Cuando nos viciábamos al harvest moon y al pokemon. Recordaré esas tardes en tu casa con tus tortugas, tus puzles, tu conejo, tu televisión, tu habitación, tu balcón. Recordaré tu nueva casa, con la piscina y los paseos que dábamos.
También las tardes en mi casa, y la tontería que teníamos con Naruto y Porta. Los libros que compartimos de Laura gallego, los mangas y comics... Esas tardes en las que íbamos al quiosco, comprábamos chucherías y después ibamos a pasear al parque a hablar de chicos. También recordaré nuestra colección de brillantes que encontrábamos por ahí y la ilusión que nos hacía comer juntas.
En fin... Todo un mundo a tu lado.

No se por qué esto ha terminado así, no se por qué te has ido de mi vida. Supongo que las personas cambian y cada uno sigue su camino. Obviamente hemos seguido caminos diferentes, y tras haber intentado aferrarte a mi con insistencia durante estos últimos años, no lo he conseguido.

Ya me he rendido. He asumido que no volverán aquellos días y lo acepto.
Ya no volveré a molestarte más, aunque, siempre estaré ahí para cuando te acuerdes de mi.
No se si soy demasiado buena, o simplemente idiota, pero no soy capaz de abandonarte después de todo el tiempo que hemos estado juntas.
Así que aquí estoy.
Siempre estaré ahí a pesar de que tu no estés. Porque eres mi tonta y fea mejor amiga.

Y siempre lo serás.

lunes, 27 de enero de 2014

Child of dreams

Te mantengo en mis brazos mientras de fondo suena esa música de piano que tanto nos gusta escuchar...

El tic tac suena, pero el tiempo no avanza.

"Los sueños son solo sueños" dicen.
Entonces dormiré para encontrarte de nuevo.

Déjame cuidarte una vez más.

martes, 7 de enero de 2014

Día solitario

Una vez más  volví a sentirme transparente a la mirada de la gente. Una vez más mi cuerpo se confundió con una ilusoria sombra. Hacía tiempo que no me sentía así…

No pude aguantarlo y salí corriendo, escapando de aquel lugar y de la mirada de la gente. Quería irme lejos, muy lejos. Quería ir a ese lugar de mi imaginación en el que nada es doloroso. Corrí y corrí hasta que ya no podía más.

Acabé en medio del campo.

Respiré profundamente y miré a mi alrededor. Mis lágrimas brotaron y mis mejillas se humedecieron. Todo estaba tan solitario y tranquilo… y solo así conseguí sentirme en paz. Me sentí avergonzada conmigo misma. "¿Por qué siempre huyes de los problemas?" me preguntaba sin respuesta.


Puse música y empecé a caminar, deseando que simplemente pasara el tiempo rápido.